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Siguiendo con el objetivo de este blog, que es mostrar la relevancia de Newman hoy, quiero tomar de Fedor Dostoievski una frase de su novela El Idiota: “La belleza salvará al mundo”.

Newman aportó al mundo de la belleza literaria un gran número de versos. Entre ellos se encuentra el poema “El sueño de Geroncio” (“The Dream of Gerontius”)

Este poema de más de 1000 versos fue escrito en 1965, cuando Newman, a sus 64 años de edad, percibía en sus miembros el inicio de la debilidad, con la intuición inmediata de su mortalidad, aunque esta realidad la habrá tenido presente durante toda su vida.

“El sueño de Geroncio” es precisamente, un sueño y, como indica el nombre Geroncio, se refiere a la ancianidad y a la proximidad de la muerte. Es un texto de gran valor poético, pero también nos ofrece el testimonio sincero y estremecedor de un hombre que empieza a vislumbrar el enfrentamiento definitivo con el destino de su alma. Lo describe desde su profunda observación de la muerte de sus familiares y amigos, con la fuerza de su profunda preparación intelectual. Mortales somos todos, pero Geroncio representa al propio Newman. El tema es la muerte, desde una perspectiva religiosa: no como aniquilación, sino como tránsito hacia otro estado. El protagonista inicial, Geroncio, una vez pasado el trance de la muerte, es suplantado por el alma de Geroncio que dialoga con su Ángel y se debate ante la tentación.

Esta es una obra maestra de la poesía inglesa de todos los tiempos y un monumento literario a la esperanza. Se encuentra publicado en versión inglés-español.

En 1900 el afamado compositor Edward Elgar musicalizó el poema “El sueño de Geroncio” de Newman. Puede verse la interpretación del tenor Wesley Rogers, que representa primero a Geroncio y después al alma de Geroncio; la mezzo-soprano Kendall Gladen como el Ángel y el bajo Kevin Deas como el sacerdote que atiende al moribundo y luego al Ángel de la agonía.

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