León XIV ha aceptado la petición de los obispos de Inglaterra y Gales, junto con obispos de otros países, para nombrar a John Henry Newman, Doctor de la Iglesia.
El encabezado de “Vatican News” del 1 de agosto de 2025 anunció: Conferirán el título de Doctor de la Iglesia a San John Henry Newman.
La noticia se hizo pública en el boletín de la Oficina de Prensa de la Santa Sede: “el 31 de julio de 2025, el Santo Padre León XIV recibió en audiencia a Su Eminencia Reverendísima el Cardenal Marcello Semeraro, Prefecto del Dicasterio de las Causas de los Santos”. Durante esta audiencia, el Papa “confirmó el parecer afirmativo de la Plenaria de los Cardenales y Obispos, Miembros del Dicasterio para las Causas de los Santos, sobre el título de Doctor de la Iglesia Universal que será conferido próximamente a San John Henry Newman, Cardenal de la Iglesia Romana, Fundador del Oratorio de San Felipe Neri en Inglaterra; nacido en Londres (Reino Unido) el 21 de febrero de 1801 y fallecido en Edgbaston (Reino Unido) el 11 de agosto de 1890”.
A su muerte, Newman era bien conocido en muchos ambientes, por haber sido converso del anglicanismo al catolicismo, después de haber promovido el Movimiento de Oxford con la intención de revitalizar la Iglesia donde fue bautizado y hecho clérigo. A través de la lectura de los Santos Padres, se convenció de que sólo en la Iglesia Católica Apostólica Romana se había conservado íntegro el depósito de la fe. Fue recibido en ella el 9 de octubre de 1845, a los 44 años de edad. Poco después de su ordenación sacerdotal en Roma (1847), fundó en Birmingham el Oratorio de San Felipe Neri, primero en Inglaterra. Y más tarde, fue el primer Rector de la Universidad Católica de Irlanda, con el fin de elevar el nivel académico de los propios irlandeses. Con los años, y ante las incomprensiones, el Papa León XIII lo nombró Cardenal, entre sus primeras decisiones como Pontífice.
A pesar de la fama de santidad con la que murió, hubieron de pasar muchos años entre el reconocimiento de sus virtudes heroicas, por parte de la Santa Sede, en 1991, Juan Pablo II que le confirió el título de Venerable, y la ocasión en que se realizara un milagro que pudiera ser registrado para la promoción de su beatificación. Quienes hemos dedicado tiempo a su estudio, nos preguntábamos por el motivo de esta realidad, sabiendo que se realizaban innumerables favores de tipo espiritual por medio de su intercesión, escritos y ejemplo. Son muchas las personas de buena voluntad que se han acercado a Dios y a la Iglesia Católica gracias al camino que abrió con su vida y obra, especialmente entre intelectuales de origen anglosajón. Fr. John Ford, en el marco de los encuentros anuales en Estados Unidos de estudiosos de Newman, comentó convencido de que “aún no era el momento para Inglaterra”, su amada patria, que sería para él la primera intención de facilitarles el camino hacia la verdad, su gran motivación de vida.
La Providencia aportó varios elementos: la elección del Papa Benedicto XVI, gran admirador de Newman; las circunstancias en Gran Bretaña respecto a los católicos fue más favorable; Jack Sullivan, una persona mayor de Boston, Massachusetts, durante una crisis por una problema incurable de la columna vertebral, pidió su curación a John Henry Newman, quien experimentó lo que pedía de manera no explicable naturalmente.
En 2010, Benedicto XVI fue invitado de manera oficial por parte de la Reina Isabel II de Gran Bretaña para visitar su país. En tal ocasión, se llevó a cabo la beatificación de Newman el 19 de septiembre, en Rednal, cerca del lugar donde Newman fue enterrado, en una propiedad de los Padres del Oratorio de San Felipe Neri.
Durante los preparativos para la beatificación, los obispos de Inglaterra y Gales temían la reacción de los anglicanos y en general de los no católicos. En ese contexto, nació una iniciativa de comunicación llamada “Catholic Voices” con la intención de preparar a católicos comunes, para ser entrevistados sobre la relevancia de esa primera visita oficial de un Papa a Gran Bretaña.
Muy pronto se dio otro milagro constatable que dieron oportunidad a promover la canonización. Igualmente, se dio en Estados Unidos. Es importante hacer ver que en Inglaterra, quizá por influencia anglicana, los católicos no suelen acudir a los santos para pedir su intercesión antes sus necesidades, sino que suelen acudir directamente a Dios, motivo por el que quizá, los fieles que acudieron a Newman ante sus necesidades, fueron personas de otro país. Fue el Papa Francisco quien canonizó en Roma a Newman el 13 de octubre de 2019.
El tema de que a Newman pudiera ser Doctor de la Iglesia Universal, era coincidente en las reuniones sobre Newman desde hace muchos años. Pero eso requería que fuera estudiado, aceptado y solicitado por las autoridades de la propia Iglesia.
Antes de abordar los méritos de Newman para este nuevo nombramiento, conviene preguntarnos sobre la figura de un Doctor de la Iglesia Universal. Tomando la comparación con los Padres de la Iglesia, que fueron figuras clave en los primeros siglos del cristianismo, sentando las bases de la doctrina y la teología, son principalmente autores de los primeros siglos del cristianismo, hasta la caída de Roma en Occidente y el siglo VIII en Oriente. Algunos ejemplos son San Ambrosio, San Agustín, San Jerónimo, San Gregorio Magno (occidentales) y San Atanasio, San Basilio, San Gregorio Nacianceno, San Juan Crisóstomo (orientales).
Mientras que «Doctor de la Iglesia» es un título específico otorgado por la Iglesia Católica a ciertos santos reconocidos por su excepcional contribución a la teología y doctrina. Son santos de diferentes épocas, reconocidos por su sabiduría y enseñanza ejemplares, por sus aportaciones a la teología y a la doctrina católica. Es un título específico otorgado por el Papa o un concilio ecuménico. Su función es que son Maestros de la fe, con una autoridad doctrinal reconocida por toda la Iglesia.
Algunos Padres de la Iglesia también han sido declarados Doctores de la Iglesia, como San Agustín y San Ambrosio. El título de Doctor implica un reconocimiento más formal y específico de la Iglesia, basado en la santidad de vida y la profundidad de sus enseñanzas.
La lista completa de doctores se acrecentó hasta la actualidad, en la que cuenta con treinta y siete nombres:
1720 Clemente XI incorporó a San Anselmo de Canterbury;
1722 Inocencio XIII, a San Isidoro de Sevilla;
1729 Benedicto XIII, a San Pedro Crisólogo;
1754 Benedicto XIV, a San León I Magno;
1828 León XII, a San Pedro Damián;
1830 Pío VIII, a San Bernardo de Claraval;
Pío IX incluyó a San Hilario de Poitiers (1851), a San Alfonso María de Ligorio (1871), y a San Francisco de Sales (1877);
León XIII añadiría en 1882 a Cirilo de Alejandría, en 1883 a San Cirilo de Jerusalén y a San Juan Damasceno, y en 1899 a San Beda el Venerable;
Benedicto XV proclamaría a San Efrén de Siria en 1920;
Pío XI, a San Pedro Canisio (1925), a San Juan de la Cruz (1926), a San Roberto Belarmino y a San Alberto Magno (ambos en 1931);
Pío XII, a San Antonio de Padua (1946);
Juan XXIII, a San Lorenzo de Brindisi (1959);
Pablo VI sumaría, en 1970, a las primeras mujeres: Santa Teresa de Jesús y Santa Catalina de Siena;
Juan Pablo II añadiría a Santa Teresa de Lisieux en 1997 durante la Jornada Mundial de las Misiones de ese mismo año.
Benedicto XVI añade, en octubre de 2012, a San Juan de Ávila, patrón del clero español, y a Santa Hildegarda de Bingen, con ocasión de la misa de apertura de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos.
Francisco incorporó a San Gregorio de Narek, el 12 de abril de 2015,[1] y a San Ireneo de Lyon, en enero de 2022.
No se ha definido la fecha aún, sin embargo, León XIV ha aceptado en 2025 incluir a John Henry Newman en esta lista.
¿A qué enseñanzas de Newman se han considerado para nombrarlo Doctor de la Iglesia Universal?
En el año 2007 Family Publications, Oxford, publicó el libro John Henry Newman. Doctor of the Church, editado por Philippe Lefebvre y Colin Mason. El libro contiene 16 artículos relacionados con el título. A modo de Prólogo, se refiere a Newman como un guía teológico y espiritual. En una primera parte, tres artículos analizan las aportaciones de Newman en la conciliación entre fe y razón. La segunda parte, seis de ellos estudian los distintos aspectos en los que Newman profundizó sobre la naturaleza de la verdadera Iglesia de Cristo. La tercera parte, con otros dos artículos, destacan las aportaciones de Newman sobre la conciencia moral. Por último, otros cuatro artículos resaltan la novedad de la propuesta de Newman respecto al desarrollo del conocimiento del dogma cristiano.
Cabe destacar que Newman ha sido considerado el “Padre ausente del Concilio Vaticano II”. Sin embargo, estuvo presente a través de jóvenes teólogos que le conocían. Se pueden destacar temas como el fundamental papel que juegan los laicos en la vida de la Iglesia, o el sentido y apertura al ecumenismo bien entendido.
Por otro lado, Newman fue citado en el Catecismo de la Iglesia Católica, publicado por Juan Pablo II, al hablar de la conciencia. En ese momento, era el único autor no canonizado que se cita en este fundamental documento.
En estos momentos de la vida de la Iglesia, las aportaciones de Newman son muy actuales, tanto en la educación universitaria, como en temas teológicos y el Papa León XIV, junto con aquellos obispos que conocen y valoran su figura, esperan que Newman siga iluminando muchos caminos para que todos ellos lleven las mentes y los corazones a comprender la realidad y a vivir más cristianamente.
Rosario Athié
Ajijic, Jal., 6 de agosto 2025






















